14 abril 2006

La Domótica como Factor Diferenciador en sus Promociones

Sirva como introducción, unas explicaciones sencillas sobre el concepto y la utilidad de la Domótica.
En Francia, muy amantes de adaptar términos propios a las nuevas disciplinas, se acuñó la palabra "Domotique".
De hecho, la enciclopedia Larousse definía en 1988 el término domótica como : "el concepto de vivienda que integra todos los automatismos en materia de seguridad, gestión de la energía, comunicaciones, etc.". Es decir, el objetivo es asegurar al usuario de la vivienda un aumento del confort, de la seguridad, del ahorro energético y las facilidades de comunicación.

Una definición más técnica del concepto sería: "conjunto de servicios de la vivienda garantizado por sistemas que realizan varias funciones, los cuales pueden estar conectados entre sí y a redes interiores y exteriores de comunicación. Gracias a ello se obtiene un notable ahorro de energía, una eficaz gestión técnica de la vivienda, una buena comunicación con el exterior y un alto nivel de seguridad".

Para que un sistema pueda ser considerado "inteligente" ha de incorporar elementos o sistemas basados en las Nuevas Tecnologías de la Información (NTI).

El uso de las NTI en la vivienda genera nuevas aplicaciones y tendencias basadas en la capacidad de proceso de información y en la integración y comunicación entre los equipos e instalaciones. Así concebida, una vivienda inteligente puede ofrecer una amplia gama de aplicaciones en áreas tales como:

· Seguridad

· Gestión de la energía

· Automatización de tareas domésticas

· Formación, cultura y entretenimiento

· Teletrabajo y monitorización de salud

· Operación y mantenimiento de las instalaciones, etc.


La definición de vivienda domótica o inteligente presenta múltiples versiones y matices. También aquí son diversos los términos utilizados en distintas lenguas: "casa inteligente" (smart house), automatización de viviendas (home automation), domótica (domotique), sistemas domésticos (home systems), etc.

De una manera general, un sistema domótico dispondrá de una red de comunicación y diálogo que permite la interconexión de una serie de equipos a fin de obtener información sobre el entorno doméstico y, basándose en ésta, realizar unas determinadas acciones sobre dicho entorno.

Los elementos de campo (detectores, sensores, captadores, etc.), transmitirán las señales a una unidad central inteligente que tratará y elaborará la información recibida. En función de dicha información y de una determinada programación, la unidad central actuará sobre determinados circuitos de potencia relacionados con las señales recogidas por los elementos de campo correspondientes.


En este sentido, una vivienda domótica se puede definir como: "aquella vivienda en la que existen agrupaciones automatizadas de equipos, normalmente asociados por funciones, que disponen de la capacidad de comunicarse interactivamente entre sí, integrados en un sistema único.”

A continuación se detallan las diferentes definiciones que ha ido tomando el término, para que contribuyan a asimilar mejor su cometido:

1) La nueva tecnología de los automatismos de maniobra, gestión y control de los diversos aparatos de una vivienda, que permiten aumentar el confort del usuario, su seguridad, y el ahorro en el consumo energético.

2) Un conjunto de servicios en las viviendas, asegurados por sistemas que realizan varias funciones, pudiendo estar conectados, entre ellos, y a redes internas y externas de comunicación.

3) La informática aplicada a la vivienda. Agrupa el conjunto de sistemas de seguridad y de la regulación de las tareas domesticas destinadas a facilitar la vida cotidiana automatizando sus operaciones y funciones.

Como todo nuevo “elemento diferenciador” basado en la tecnología que se introduce en el mercado de la vivienda, ha de pasar necesariamente por una etapa inicial en la que el comprador potencial se familiariza con su existencia, antes de que se produzca una demanda masificada.
En el caso de la domótica, en los últimos dos años se ha venido desplegando por parte de los medios de comunicación (prensa, televisión) alusiones a la misma, transmitiendo la idea central de que las casas del futuro llevarán estos sistemas y que dentro de muy poco se irán haciendo tan comunes en el uso como pueda ser hoy el ordenador portátil o la televisión por cable.
Al promotor inmobiliario, ante este desarrollo, le caben dos alternativas.
Esperar a que se produzca el efecto de la masificación de la demanda e incorporar a partir de ahí su instalación en las promociones nuevas. Esta decisión es más conservadora y por tanto sin riesgo, teniendo en contraposición el hecho de que cuando se produzca esta reacción ya no podremos ofrecerlo como un “valor añadido de nuestras viviendas”, porque también la oferta en competencia lo tendrá a disposición en sus promociones.
La otra alternativa es plantearse un estudio previo sobre el valor diferenciador y de calidad de vida que las tipologías de clientes potenciales a las que van destinadas nuestras viviendas le conceden. Conocer, de antemano, las posibilidades que ofrece su instalación, tanto en servicios como en coste. Estando así preparados para poder responder con rapidez en el momento detectemos que su incorporación puede permitirnos no sólo vender mejor y más rápido nuestras viviendas, sino obtener incluso un diferencial de beneficio extra entre el incremento de precio que el cliente considera razonable por su incorporación y su coste real.
Por si le es útil, hemos integrado en nuestro equipo de consultores a un técnico especialista en soluciones domóticas, se seguridad y telecomunicaciones, que está en condiciones de ofrecerle previamente a su decisión un asesoramiento integral que incluya la investigación previa de mercado para detectar las necesidades más demandadas por su mercado concreto.
Con toda libertad, haga uso de este servicio. Será para nosotros un placer serles de utilidad.

Salvador López
Responsable de AvA Tecnologías de la vivienda

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