07 marzo 2007

El número de viviendas construidas empezará a caer en 2008, según alerta la patronal de la construcción

Periódico El Confidencial, 7 de Marzo de 2007
VIVIENDA @Carlos Sánchez

Aviso para navegantes. “A partir de 2008 existe un riesgo de caída en el mercado de la vivienda... lo digo así”. Quien suscribe tal aseveración no es uno de los agoreros que en los últimos años se han cansado de repetir que la burbuja inmobiliaria está a punto de estallar. No. El remitente del recado es Enrique de Aldama, presidente de la patronal de la construcción, que ayer se atrevió a decir lo que muchos piensan: que el actual ritmo de construcción de nuevas viviendas es insostenible. Según Aldama, “lo que antes se vendía en dos días ahora se vende en dos meses”. Y eso, en su opinión, “eleva el riesgo” para las promotoras. Y, por su supuesto, para las constructoras.
¿Quiere decir esto que España está a las puertas de una crisis inmobiliaria? De forma tajante, no. Al menos a corto plazo. Según los datos de Seopan, durante el año 2007 se continuarán construyendo viviendas a los ritmos actuales, tal vez con una cierta ralentización que, hoy por hoy, es difícil de cuantificar. Sobre todo después del sesgo que ha introducido en las estadísticas la entrada en vigor del nuevo Código de Edificación, que ha adelantando el número de viviendas iniciadas para saltarse, precisamente, la aplicación de una normativa más exigente desde el punto de vista técnico. La consecuencia de ello es que el año pasado se cerró, según las estadísticas oficiales, con 864.000 unidades iniciadas, la cifra más alta jamás alcanzada por la economía española, con un crecimiento de nada menos que el 18% respecto del año anterior.
La cifra es anormalmente alta, por lo que cabe entender que en 2007, según los analistas consultados ayer por El Confidencial, se producirá una desaceleración significativa. Achacable, fundamentalmente, al efecto estadístico derivado del nuevo Código de Edificación. Si el ejercicio se comporta como en 2004 y 2005 (691.000 y 716.000, respectivamente), cabe esperar que este año se inicien unas 700.000 viviendas, cifra compatible con los actuales niveles de actividad en el sector. De hecho, los datos publicados recientemente por el Servicio de Estudios del BBVA hablan claramente de que la actividad sigue en máximos y que la cartera de pedidos parece asegurada para los próximos 12-18 meses.
El problema, si lo hay, es para el año 2008, ejercicio en el que se notará con mayor intensidad la escalada de los tipos de interés, que sin lugar a dudas ha drenado la capacidad de compra de las familias, aunque como contrapartida haya provocado una desaceleración en los precios.
Pérdida de puestos de trabajo
El hecho de que en 2008 se vayan a construir menos viviendas no es, desde luego, un asunto baladí en términos macroeconómicos, tal y como señaló ayer el presidente de la patronal de la construcción. Aldama, tal vez poniéndose la venda antes que la herida, pronosticó una pérdida importante del empleo para el próximo año si se cumplen las peores expectativas.
Y es que, según sus datos, si se construyen 100.000 viviendas menos que este año, se perderán unos 200.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Una cifra verdaderamente elevada que pone de manifiesto la importancia que tiene el sector de la construcción para la economía española, lo que explica que ayer reclamara “mimo” por parte de las administraciones para entender los problemas que tiene el sector.
Un sector que emplea a 2,5 millones de personas, y cuya capacidad inversora representa nada menos que el 17,8% del Producto Interior Bruto. Sólo Irlanda, y por poco, tiene tanta exposición al ladrillo como España dentro de la Unión Europea. De hecho, la cuarta parte de los empleos creados el año pasado, según la Encuesta de Población Activa, son de la construcción. La inversión en construcción explica directamente, de hecho, el 30% del crecimiento del PIB en los últimos años desde la óptica de la demanda.
Como se ve un peso verdaderamente extraordinario en la economía, que, según los empresarios de Seopan, no cuenta hoy con alternativas. “No veo en el horizonte inmediato una actividad que sea capaz de compensar la actividad de la construcción”, dijo Aldama. Su conclusión es que “hay que tener cuidado cuando desde determinados ámbitos se dice que hay que moderar la construcción de viviendas”.

1 comentario:

Prudencio López AvA Marketing de Vivienda Nueva dijo...

Lo que nos interesa remarcar de este artículo, desde la perspectiva de nuestro Cliente Promotor Inmobiliario, es que, de formas muy distintas, lo que se viene indicando reiteradamente es que la situación competitiva en nuestro sector se "naturaliza". Y utilizo este término porque en realidad, lo que está ocurriendo ayuda a normalizar una situación de mercado en la que las viviendas serán atractivas en primer término según su relación "Ubicación/Calidad/Precio", y adquiridas o no en función del conjunto de su "DAM: Diferenciación Adaptada al Mercado" que cada promotor sea capaz de aportar en relación con las tipologías de clientes prioritarias a las que vaya destinada cada nueva promoción inmobiliaria.
Dicho desde otra perspectiva: Todos los profesionales involucrados en la nueva promoción, nos pondremos al servicio del cliente potencial, para interpretar mejor que nuestros competidores sus motivaciones de compra. Desde el profesional que realiza la investigación de mercado oferta-demanda previa, pasando por el arquitecto que interpretará técnica, organizativa y estéticamente cómo estos deseos pueden hacerse realidad, siguiendo por la labor constructora que priorizará ante todo la satisfacción final de las expectativas creadas en el comprador y culminando en un equipo comercial altamente cualificado para ayudar a comprar y ofrecer el servicio que, evidentemente, un cliente que invierte unos cuantos cientos de miles de euros está en disposición de exigir.
Cuanto antes nos pongamos a ello, mejora nos irán las cosas. Es, en esencia, una cuestión de aplicación práctica de nuestra inteligencia: "El beneficio de la promotora no lo dan las viviendas vendidas, sino los clientes que las compran y que obtienen su propio beneficio con ello".