Hay en el comprador un verdadero cambio de hábitos, que si no lo tenemos en cuenta y actuamos integrándolo en nuestra forma de actuar, nos dejará fuera de juego en el mercado de la vivienda.
Cada vez son más los clientes potenciales que antes de venir a vernos la primera vez, indagan en internet acerca de las viviendas que les ofrecemos y de la propia promotora. Y no entran, como podrías y nos gustaría pensar, directamente en la propia web que está anunciada en la valla, sino en los blogs abiertos, buscando información útil y objetiva de otras personas que conozcan la zona, la propia promoción y la empresa. Bien sean compradores anteriores, gente que ya vive en ese barrio, profesionales que conocen la empresa que promueve para saber si es fiable, . . . ..
Aun habiendo personas que aprovechando la libertad del medio difamen, la persona que entra con ánimo de obtener utilidad, aprende a separar el grano de la paja, fijándose sobre todo en aquellas opiniones que muestran una intención de ilustrar, de compartir información y experiencia. Son los que entran ya con ánimo de venganza, por las causas que sean, los que leerán con especial interés las notas injuriosas y se sumarán a ellas. Pero estos no son clientes potenciales con deseos de encontrar la mejor y más fiable solución de vivienda para su familia.
Lo cierto y subrayable es que la publicidad tradicional tiene cada día menos influencia. Se amplía diariamente el número de excépticos que la consideran exagerada, manipuladora de sus emociones, cuando no engañosa.
Y la solución pasa por la gran oportunidad de tener al alcance opiniones reales, de gente como el propio comprador, con las mismas inquietudes y necesidades. Que han vivido ya una experiencia similar en ese vecindario, con sus servicios y su calidad de convivencia, así como con ese tipo de vivienda en la zona, y también con esa promotora que los comercializa.
Y esto tiene tal fuerza, es tan contundente para la necesaria confianza del futuro comprador, que ya podemos los profesionales que deseamos demostrar que todo nuestro buen hacer es bien intencionado y busca un mutuo beneficio, procurando siempre el de nuestro comprador, tomar buena nota y empezar a sumarnos a esta forma de realidad.
Las soluciones pasan por aceptarlo y no pretender ignorar esta influencia. Por tomar a los
bloggers por lo que hoy en día ya son: auténticos prescriptores que determinan nuestra credibilidad en el mercado. Aprender a comunicar con ellos, desde el compromiso de servicio y utilidad de las viviendas que ofrecemos. Y en su idioma y con sus códigos, si queremos hacernos entender bien y ser bien interpretados y respetados.

Vamos, que ya estamos algunos procediendo a sumarnos a esta imparable corriente. A prestarle el tiempo, los medios y la atención que precisa. A establecer lazos de relación positiva. Y a poner a la vista, de modo adecuado, nuestros principios y valores, que afortunadamente nos avalan y acreditan ante quien de verdad quiera conocernos.
Prudencio